martes, 19 de abril de 2011

Empezaba a preocuparle su ausencia, tanto que en esos siete ridículos minutos de debilidad que se permitía al día a veces le daba la impresión de que le faltaba el aire. Cogió la caja de galletas que guardaba encima del armario. Era curioso, últimamente la utilizaba mucho, de hecho sentía como si no fuera la misma. Parecía que le faltaba algo sin su capita de polvo recubriéndola, era como si estuviera desnuda. Un escalofrío recorrió su cuerpo al abrirla y divisar su contenido. Apenas le quedaban cinco. Cinco sonrisas. Desde que era pequeña se había acostumbrado a guardar una de cada tres sonrisas, porque, quizá por intuición sabía que en un futuro no muy lejano iba a necesitarlas. Volvió a contarlas. Sí, en efecto. Cinco sonrisas... pero ¡¿cómo diablos se había permitido llegar a esa situación?!, respiró profundamente, una vez, dos, tres, cuatro, así hasta diez veces, y se dejó caer sobre el viejo pero comodísimo cojín que llevaba habitando en su dormitorio casi tanto tiempo como ella. Intentó recordar cuándo había sido la última vez que había abierto esa cajita para guardar sonrisas en lugar de para cogerlas, y le resultó imposible. ¿Cuánto tardaría en volver? ¡Maldita sea! Era injusto. No se merecía estar así, ¡nadie merecería estar así!. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas como si de una lluvia torrencial se tratase, destrozando, llevándose a su paso todo rastro de sonrisa que pudiera quedar en ella. Se vio forzada a parar cuando tres golpes resonaron en toda la estancia. Se secó las lágrimas, y cogió la mejor de las sonrisas con muchísimo cuidado (al fin y al cabo eran como sus pequeños bebés, habían salido de ella, y aunque habían crecido apartadas volver a tenerlas consigo le hacían sentir un atisbo de los momentos que habían provocado esas sonrisas), se levantó, volvió a colocar la cajita sobre el armario y se dirigió hacia la puerta con los dedos cruzados detrás de la espalda, con la esperanza de que quien estuviera tras ella le devolviera la sonrisa... pero esta vez, de verdad.