viernes, 11 de junio de 2010

siempre.

Una noche más, en el sitio de siempre... Quizá, con un poco más de frío, pero no importaba (él caldeaba la atmósfera con su sonrisa). No soportaba estar lejos de él, necesitaba sentirlo (aún más) cerca. Sentir sus manos no era suficiente. Necesitaba más, necesitaba saber que estaba ahí, que no era sólo un sueño (como tantas veces había pasado últimamente). Sintió cómo la rodeaba con sus brazos, pero esta vez era distinto. No había un ápice de aquel escalofrío que normalmente recorría su espalda tan sólo con sentirle cerca (Quizá sólo sean alucinaciones, pensó). Apoyó la cabeza sobre su pecho. De igual modo, no apreció variación en los latidos de su corazón. pum pum, pum pum, pum pum... tranquilos, relajados, vacíos para ella. Todo empezó a dar vueltas, a girar sin sentido. Él la soltó, y comenzó a andar, despacio, sin mirar atrás ni una sola vez. Comenzó a gritar su nombre, pero no sirvió de nada. Comenzó a correr, detrás de su sombra, que cada vez estaba más lejana, perdida entre la luz de las farolas. Tropezó.

Despertó con lágrimas en los ojos. Una vez más, le había vuelto a traicionar el subconsciente. Había sido tan real esta vez... Abrió y cerró los ojos un par de veces para acostumbrarse a la tenue luz que entraba por la ventana de su buhardilla (llovía, curioso). Nada había sucedido. Ella seguía allí, tan sola como siempre. Vacía como venía ocurriendo desde los últimos meses. Desde que él se había ido. Y no volvería, al fin y al cabo prometía pocas veces, pero esa vez lo hizo, y lo cumpliría hasta el fin. Sólo le quedaría su recuerdo. Se aferró a él y volvió a intentar dormir.. quién sabe si esta vez sería distinto...

Sin sonrisas

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