viernes, 30 de julio de 2010


me siento como la típica empollona de la peli que se enamora del guaperas súper popular y sueña con que algún día, al menos, se de cuenta de que existe. y es realmente asqueroso, porque lo que sucede en las películas no es más que una farsa, los guapos no se enamoran de las feas, quién dice eso dice cualquier cosa... aquí, en la vida real, como siempre, sólo prima lo superficial , lo material, lo exterior.

ahora bien, que yo sé que también tengo mi parte de culpa... por permitirme, aunque sea durante una décima de segundo, pensar que podría conseguir lo imposible.

Sin sonrisas

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