martes, 15 de febrero de 2011

Una vez oí a alguien decir una frase que en su momento me pareció sumamente egoísta, pero no puedo sino darle la razón. Lo peor no es para los que se van, lo peor llega cuando los que se quedan aquí se dan cuenta de que no van a volver a verles. Y ya son ocho meses, y por más que lo intente no me acostumbro, no hay un maldito día que no pases por mi mente, o en el que no le pida consejos al aire pensando que tú me escuchas y me responderás. Es inevitable que cada día quince baje a la tierra y me vuelva realista, y sea consciente de que cuando alguien se va, lo hace para siempre.

Y mira que intento hacerme la fuerte, y mira que intento hacer como que todo va bien, pero es que hoy, hasta la lluvia me acompaña...






Qué sabrá la mitad de la gente lo que es echar de menos.



Sin sonrisas

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